Acciones de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley

En Kislovodsk, agentes de las fuerzas del orden plantaron "materiales extremistas" a los testigos de Jehová

Territorio de Stávropol

El 8 de noviembre de 2016 por la mañana, en Kislovodsk (territorio de Stávropol), unos 15 policías antimotines y otros agentes de la ley llegaron al edificio de adoración de los testigos de Jehová en el número 40 de la calle Kirov con una orden de allanamiento. Solo se permitió que un creyente estuviera presente en el registro, el presidente de la organización religiosa local de los testigos de Jehová. Por razones objetivas, no pudo controlar las acciones de 15 extraños. Como resultado de la búsqueda, se encontraron nueve libros plantados en diferentes partes del edificio.

El registro se llevó a cabo bajo un pretexto ridículo: la sospecha de que el edificio podría contener equipos de oficina robados de una determinada organización. Como era de esperarse, el equipo robado no fue encontrado.

Los creyentes están convencidos de que los libros fueron plantados sobre ellos, porque el día anterior, de la manera acostumbrada, inspeccionaron el edificio para ver si no había literatura prohibida en él.

Cabe destacar que el 20 de septiembre de 2016, en la aldea cercana de Nezlobnaya, una cámara de vigilancia grabó claramente cómo los agentes del orden público plantaron sin ceremonias libros prohibidos a los creyentes. (En Kislovodsk, los agentes de la ley incautaron prudentemente el DVR). La invasión de Nezlobnaya se llevó a cabo bajo un pretexto aún más ridículo: la sospecha de posesión de armas.

El 13 de octubre de 2016 también ocurrió un incidente similar en la ciudad de Saransk, donde un grupo numeroso de policías (unas 20 personas) invadió el edificio de adoración de los testigos de Jehová. Hombres enmascarados se pararon cerca unos de otros, se acurrucaron contra un armario vacío, derribaron sus puertas y "encontraron" literatura de la FSEM.

Los testigos de Jehová se oponen firmemente a etiquetarlos como "extremistas", enfatizando que el extremismo es profundamente ajeno a sus puntos de vista y moral basados en la Biblia. No utilizan literatura de la Lista Federal de Materiales Extremistas y no permiten que aparezca en edificios religiosos.